la cara de la luna

su voz era ronca y calida, su tono delataba la experiencia y cuando se dirigia a él, a su nieto de 6 años, se transformaba en una voz cariñosa, melodica , protectora. su acento era malagueño y su mirada la de un abuelo de verdad. de esos que te llevan a comprar el periodico los domingos y se dejan sacar una chuche o un paquete de cromos, de esos que te guiñan un ojo y te sonrien picaramente cuando la abuela te regaña por hacer la travesura de turno.
el pequeño, como siempre ocurre en la vida, no valoraba el momento. para un crio la vida no tiene fecha de caducidad. los conceptos , desgaste, enfermedad y camino recorrido no suponen mas que la "necesidad" de tener su paquete de cromos aqui y ahora.
Son las normas del juego y ambos las seguian sin preocuparse de mas.
Al abuelo le encantaba estar con su nieto. Le recogia del cole, le preparaba la merienda y salvo con el ingles, le ayudaba a hacer sus tareas. El pequeño refunfuñaba, queria jugar y no queria hacer deberes pero el abuelo, paciente ,conseguia con triquiñuelas y a veces a regañadientes que el chaval cumpliera con su obligacion.
- "Primero la obligacion y despues la devocion" . Repetia constantemente. Era implacable y cariñoso a la vez.Rigido y flexible. Una de cal y otra de arena. A veces muchas de arena ya que, su nieto era lo que mas queria en este mundo y lo que mas le hacia sentir vivo.
Como agravante a esta situacion , dos verdades, una , todo el mundo en la familia le decia al abuelo lo que se le parecia su nieto. dos, el nieto a veces le correspondia con un " te quiero , abuelo".
Las noches de luna llena , el abuelo siempre señalaba a la luna y le decia a su nieto :
- mira la luna, tiene cara de mujer.... los ojos (señalaba) , la nariz , y su boca. ¡ que boca mas bonita!.
el crio nunca llego a ver esa cara en la luna y por eso, siempre que era luna llena y su abuelo señalaba a la luna él le oia , pero no le escuchaba; aunque el niño sabia que el abuelo nunca mentia y si decia que la luna tenia cara de mujer estaba seguro que la tendria.
Pasaron los años.... muchos de ellos. Hoy ese crio ya es un hombre.
Los noches de luna llena se sienta en el quicio de la puerta, como hacia con su abuelo y , busca la cara de la luna. Busca , busca y busca pero no la encuentra. Seguira buscando toda su vida, habra dias en los que , con una lagrima recorriendole la mejilla, se vaya a la cama sin haberla encontrado o noches de verano en las que se quede dormido en ese mismo quicio intentando encontrarla.
Quizas algun dia...... quizas alguna noche.

Con Dios.