domingo, 13 de enero de 2013

la ciudad


     Bajita, rechoncha y rencorosamente consciente de sus no aprovechados 55 años. LLeva trabajando como controladora de "la hora" en el ayuntamiento desde hace 4 años.
Harta y cansada de recibir por ello insultos, de ser objeto de miradas feas, acusadoras, harta casi incluso de casi haber recibido algún  mal golpe, harta.
No es que se haya acomodado con este trabajo pero sabe que ya no es momento de buscar otra cosa, no tiene ganas ni edad y ademas, no corren buenos tiempos para ello. Para ella es un trabajo de mierda pero es una mierda fija, y eso , hoy por hoy es lo que mas cuenta. Además, sólo son son 10 años más, hasta que llegue la jubilación.
Todos los días , 8 horas. Todos los días la misma manzana, todos los días lo mismo. Inés, que así se llama, ni siente ni padece.
En su trabajo no es flexible. Si ella no puede tomarse un café, entiende que los demás tampoco , al menos no sin antes poner su tiket. Todo el mundo tiene que poner su tiket.  Que no la cuente nadie su vida, si no hay tiket, ella denuncia. No hay mas que hablar.

     Juan tiene 45 años y es autónomo. Con mil problemas, es padre de 3 hijos y es un buen marido . Siempre con prisas, "mucho trabajo para uno pero poco para dos" suele decir.
Hoy son dos facturas que no podrá pagar en plazo. Ese asunto no le deja sonreir, le amarga y sufre. Sufre porque él es cumplidor y le gusta pagar puntual pero a él no lo han pagado y no le queda mas remedio. Lleva toda la mañana dándole vueltas a la cabeza.
Juan anda por el centro de Madrid porque esa mañana tiene que ver a un cliente que le debe dinero, quizá si cobra pueda pagar esas dos facturas hoy mismo.
La luz del salpicadero de su furgoneta , la que indica próxima revisión, se enciende.
Lo que faltaba, otro gasto mas. Y esta vez es una revisión gorda, de esas que cambian la distribución y no se cuantas cosas mas, de las de a 600 euros.
Todo esto ocurre mientras busca sitio para aparcar. De repente encuentra uno , zona verde, la mas cara pero es lo que hay, el hubiese preferido la zona azul pero en esta parte deshumanizada de la ciudad, sabe que es mejor verde que nada.
Justo al terminar la maniobra de aparcamiento, Juan siente un dolor agudo en el pecho y un entumecimiento en el brazo derecho. Se agarra como puede al volante, en un acto desesperado por aguantar el intenso dolor que siente. Piensa que se le va a pasar en seguida pero no es así, la mirada se le nubla y los ojos se le cierran. Ha perdido el conocimiento.

     Inés pasa por delante de la furgoneta de Juan. No tiene tiket y el está dentro, echando una cabezadita. Piensa que va a dar una vuelta a "su manzana" y que si cuando vuelva sigue estando durmiendo dentro del coche, lo denunciara. Un papelito puesto en el limpia y ya está.
A Inés le han dado hoy el nuevo uniforme, el de invierno. Como es bajita, la ropa siempre le queda algo larga y eso la incomoda , no le gusta. Que se habrán creido.
Mientras da esa vuelta a "su manzana" piensa en su hijo, se llama Luis. Luis terminó sus estudios hace dos años y entró en una empresa como becario , le prometieron que le darían trabajo porque sus notas fueron las mejores pero no, resulto que Luis hizo fotocopias y trajo cafés e hizo recados como un loco pero al final , a la puta calle. Cabrones.
Quizá hubiera sido mejor que en vez de estudiar Caminos, se hubiera puesto de aprendiz con su padre en el negocio de éste; un taller de tapicería que no dá para ahorrar pero al menos da para comer, eso mas los 1000 euros pelados del sueldo de Inés como controladora al menos dan para poder vivir los tres.
Que asco, piensa, que cabrones. Que puta vida.

Inés termina de dar la vuelta y busca con la mirada la furgoneta de Juan.
El sigue dentro, dormido, eternamente dormido.
Y ella, implacable, lo denuncia.
Por listo.
Y porque el alma de una gran ciudad es la suma del alma de todos los que vivimos en ella.



Con Dios.

domingo, 6 de enero de 2013

el mueble

     Tengo un mueble verde. Realmente es  un armario verde, verde clarito pero yo lo llamo "el mueble".
Tiene dibujadas unas flores dentro de unos cuadros en relieve y unos cuadros pequeños dentro, precisamente de esos cuadros en relieve.
Mide 1,60 y en la parte superior tiene una especie de cenefa ( siempre he pensado que la palabra "cenefa" es de esas que dicen los padres y que los hijos , cuando éstos la dicen, miramos para otro sitio como si con nosotros no fuera la cosa) que sobresale y que también está pintada de verde, salvo en sus extremos, que juega a ser dorada, la cenefa digo porque lo que son las flores son de colores.
     Los costados de este armario son planos, sin nada en relieve pero también estan pintadas unas flores, como enredaderas pero, no lo son. La verdad es que no entiendo de flores ni de plantas. Sé distinguir el olor de una rosa, el de una margarita, el del hachís , la hierbabuena, el romero y el de la marihuana... pero poco  o mejor dicho, nada más.

     La parte de detrás del mueble, es plana, con un contrachapado sin pintar, gordito pero sin tratar, virgen y obligado y esta pegado a la pared, es así, y así tiene que estar. Me recuerda por eso a las personas, damos una cara, la cara amable , la verde con flores, la vistosa , la educada, la guay pero todos tenemos ese contrachapado que esta contra la pared, la que no queremos que se vea, la que se puede mejorar y no lo hacemos por vete tu a saber que cojones pero que esta ahí. Y asi tiene que estar, como el mueble.

     El mueble descansa en el suelo en cuatro semi-patas. Digo semi-patas pero realmente no lo son. Son dos cosas raras que un tío como yo no sabe definir, están y son, poco mas puedo decir salvo que también, al igual que la cenefa ( me gusta la palabra cenefa, en serio) son verdes con los bordes jugando a ser dorados.
Las puertas del mueble son simétricas y tienen un cierre muy cuco arriba para que se puedan quedar cerradas. El cierre cuco también es verde y también tiene una flor.
Con tanta flor y tanto verde puedes pensar que es un mueble ñoño pero te equivocas. El mueble mola y si no te lo crees, me das un toque , te vienes con un pack de mahous y te dejo que lo contemples hasta que se acaben las birras.

     Creo que , aparte de mis cosas del correr, este mueble contiene casi todas mis pertenencias mas valiosas ( importante saber, si has llegado hasta aquí, la diferencia entre valor y precio... estamos en crisis y eso, hoy por hoy, ayuda a saber la diferencia )  y quizá sea el único y último reducto que permanece puro en mi casa. Y cuando digo puro digo que me lo respetan, que no se meten con mi desorden ni con lo que guardo dentro de él... afortunadamente.

     Dentro de este mueble tengo acentos que aprendí a poner , palabras que aprendí a escribir ( aún hay muchas y muchos por aprender, ya lo sé ) y música, mi música mas mía. También tengo un saxo de madera ( instrumento sin par) , un par de flautas dulces, una armónica de blues ( que destrozo cada vez que la intento tocar ) y una baraja de cartas para jugar al mus muy especial con sus correspondientes amarracos.
Guardo en este mueble también un par de libros, son sólo dos pero son libros que para mi son muy especiales. Realmente de uno de ellos solo guardo un recuerdo pero el otro lo conservo. El primero, el del recuerdo ,es el primero que leí en mi vida y el segundo , el que más me gustado hasta ahora.
También guardo una cestita de mimbre con hilos de tiempo. Algún día contaré para que sirven los hilos de tiempo, por cierto. Y no es coña.
También guardo un par de pelis, unos gayumbos y un mechero zippo ( casi pongo zipp, la costumbre, ya sabes )  con incrustaciones de plástico que simulan marfil y que tiene grabados dos veleros en negro a cada lado, una petaca con bourbon ( eso no se pone malo ¿no?) y un petardo de los de 25 pelas ( hoy día están prohibidos pero cuando era niño no).
Este mueble es donde busco cuando no encuentro algo y donde, cuando lo encuentro, lo guardo.
Y aqui, precisamente es dónde voy a guardar esto que pongo a continuación.
Si te gusta la buena música ( que no tiene porque ser jazz aunque en esta ocasión , lo sea), date tiempo y escucha esto porque de verdad, es muy bueno. Y tiene una historia, que algun dia contare.



Con Dios.