lunes, 2 de abril de 2012

blues

Un rift de guitarra llorona, una armónica ciega y solitaria, una voz rota por los excesos, un carácter beligerante y un ritmo pausado pero contundente. Las barillas frotan el cuero y la voz, mas rota que nunca marca la temporalidad del momento, la caducidad y el disfrute instantáneo se dan la mano. Una cuerda se rasga, solo una, grave, pesada y profunda, se hace el silencio.
Aulla la armonica entre humos y la fender se prepara para intervenir, desde abajo y hasta arriba pero con suavidad ansiosa.
Silencio.
Suenan los hielos golpeando el vaso.
Silencio.
Aplausos utilizados a modo de vehículo en el que transportar emoción.
Los músicos se van por donde han venido, sin hacer ruido. Con la música a otra parte, como se suele decir. Disfrutando casi mas que los propios que les han escuchado. Asi una y otra vez, cientos de veces en lugares diferentes ante públicos distintos.
Hacen lo que hacen ,por ellos y por nadie mas que por ellos.
Deberiamos aprender cada uno en lo nuestro.

Con Dios.













1 comentario:

Pez dijo...

Tus dos últimas entradas.
Sonrisas y Blues, poco mas hace falta.
Grande chulo,....muy grande.