Simplificando.

     Es casi imposible no caer en modas, ni hacer coincidir los cambios propios con esas modas o tendencias. Todos sufrimos una evolución tanto en nuestro interior como en nuestra manera de hacer determinadas cosas.

Lo que si es cierto es que esa evolución existe y los mini cambios que nos llevan a ella son los motores que sin querer, nos mueven.

     Recuerdo cuando empecé a correr. Duré 8 minutos. Por aquel entonces fumaba. Tenia unas Nike de paseo de cuero con la "pipa" en marrón, me encantaban pero para correr , con algo mas de 100 kilos no iban muy bien.

Luego llegó el día que me compré mis primeras mallas; recuerdo que el primer día salí por la noche porque me daba vergüenza que me vieran así.

     Poco a poco se va perdiendo la vergüenza ( que no la dignidad) y te vas vistiendo con un traje de un tejido que sólo se consigue con el paso de los años y que se llama "me la suda" y es made in "uno mismo", lugar dónde en cualquier caso, sólo te explotas a ti mismo.

     Las primeras populares vinieron después acompañadas de entrenos con tiradas dominicales algo mas largas y la consiguiente bajada de peso. Compraba revistas de esas que cuando llevas comprandolas un año, te das cuenta que lo que decían en marzo de este mismo año, correspondía en gran medida al marzo o abril del año pasado. Era un peaje a pagar porque por aquel entonces, no tenia acceso a internet e intentaba "beber" de las fuentes que podía.

Después llegaron las primeras medias y con ellas grandes alegrías, aunque reconozco que una de las mas grandes de este tipo me la lleve el primer diez mil en el que baje de cuarenta. Aún lo recuerdo. Desde entonces siempre corrí con reloj, midiendo tiempo y distancias, sin preocuparme de la ilusión porque de esta última estaba rebosante.

Luego vino algún maratón y supe lo que de verdad era sufrir. Y también supe que ya nunca podría explicar porque corría y lo peor o lo mejor, según se mire, nunca podré explicar porque, si Dios quiere, nunca dejare de hacerlo. 

Nunca me gustó competir. Quizá porque en esto soy mediocre y sabiéndolo , es una tontería esforzarse. Esto no quiere decir que no me esfuerce, quiere decir que la teoría de la relatividad ( una que ya contaré otro día) me puede llegado cierto nivel y llegado ese nivel, cambio el sabor a sangre en la boca por la cabezoneria de llegar ( ya dije que la dignidad no hay que perderla nunca).

     Por los amigos encontré el triatlón. Corrí todas las distancias antes de llegar a la distancia mas larga. He disfrutado mucho y todavía lo sigo haciendo pero, hay matices. Gasté mucho dinero en estos años en cabras, bicis de ruta, ruedas... material sin mas; pero el dinero mejor gastado ha sido en los viajes a esas carreras que he corrido yendo con amigos. Es quizás, del triatlón, mi mayor activo. 

     Ahora estoy aquí, escribiendo sobre mi vida y sonriendo. Me veo a mi mismo, veo como yo también he cambiado y le sonrio al  pardillo que era de la misma manera que dentro de otros 20 años, le sonreiré  al pardillo que escribe ahora.

     Esta mañana he salido a correr al monte de Valdelatas. En este monte he corrido toda mi vida, en él he preparado todas mis carreras, y en él he disfrutado mucho, muchísimo. Y me gustaría seguir haciéndolo, la verdad. 

Hoy llovía. Llovía mucho. Me he puesto un pantalón y una camiseta vieja, un chubasquero también viejo, unos calcetines de esos tobilleros y unas zapas baratas ( teniendo en cuenta lo que hay por ahí) pero para mi de las mejores que he tenido en mi vida y , con la lluvia como compañera he corrido y corrido y corrido durante algo menos de un par de horas. Simplificando. Nada mas que eso. Simplificando.

Volviendo al principio.

Con Dios.