Lanzarote.

Es muy difícil explicar una sensación, pero es mas difícil todavía ( yo creo que imposible) venderla. Entran en juego muchas variables, entre estas variables está sin duda el ánimo y la confianza.
En cinco días se corre Lanzarote. Lanzarote es ánimo, confianza pero también es actitud. Es la gran diferencia entre correr Lanzarote y sentir Lanzarote. La actitud.
Esta isla es mágica. Creo que no es tan bonita, ni tan impactante, ni tan diferente a otras islas pero es mágica. Lanzarote es como un padre. Duro pero generoso, severo pero cercano, justo pero agradecido, querido y a ratos odiado pero al final, algo tiene que te hace quererlo y hasta, a lo mejor, necesitarlo.
Esta carrera es más grande que la franquicia que lo organiza. Mucho mas grande. La franquicia sólo piensa en dinero y para ellos esto es un negocio, para el que lo corre son 6 meses de entrenos y hasta  años de ilusión, es ansiedad, es incertidumbre, es alegría, tristeza, serenidad, felicidad, amistad... es vida o al menos , una forma de vida.
Da igual, terminar andando o corriendo. Da igual el dolor, da igual la miseria ( la tuya) , da igual todo. En ese día , tus demonios se harán amigos de otro demonio, el de Timanfaya, y tú, estarás en medio de ellos. Tendras que ponerlos de acuerdo. Ese día te harás mas fuerte o recordaras lo fuerte que eres porque ya lo has hecho antes. Ese día tendrás una nueva vara de medir. Ese día no será un día como los demás.
Ese día, recordaras como son sus aguas, plácidas y cristalinas, recordaras lo que es ser acariciado por ellas, recordaras su vida y recordaras como es el amanecer visto desde su arena fresquita.
Recordaras sus carreteras, su asfalto negro , a juego con el suelo volcánico, suelo que desde ya, te digo que es muy posible que no olvides y que a veces, durante el invierno, sueñes con rodar de nuevo sobre él en tu bici.
Recordaras los hervideros, recordaras la recta de Timanfaya , recordaras lo que es ir despacio y que te de igual.
 No olvidaras el viento, y agradeceras después haberlo conocido. El viento, es lo mejor que te puede pasar. Ya lo veras.
Recordarás su carrera a pie. Su gente, las miradas de los que van como tú, las caras de los que no van como tú, el sufrimiento, la agonía, el calor, la humedad, el viento de nuevo, recordaras todas estas cosas pero no de forma normal.
Todo esto será lo que modifique tu disco duro y todo esto será lo que haga, con mucha probabilidad que intentes volver.
No te voy a desear suerte para el sábado. Si has entrenado, no la necesitas. Como mucho te deseo que no tengas mala suerte. Solo te voy a desear, si me lo permites,  4 cosas : que rías, que sufras, que llores y que disfrutes.
Y , si te acuerdas, hazme un favor, presentale mis respetos al demonio cuando entres en sus dominios. Asi me lo enseñó alguien que de esto sabe mucho y de Lanzarote, más.

Con Dios.