el chino y la joven

Cuentan que había un chino en un cementerio. El chino , viejo, de barba larga y puntiaguda y por supuesto muy blanca, dejaba todas las mañanas un plato de arroz en la lapida de su mujer.
El personal del cementerio lo conocía y sabían que una vez ponía el cuenco de arroz, al dia siguiente volvía y lo sustituía por otro recien hecho.
Al lado de la mujer del chino, enterraron a un joven que murió repentinamente en un accidente.
Durante un año, su novia , le llevaba todos los días una flor.
Ambos, el chino y la novia del chaval, coincidían todas las mañanas. Uno con su cuenco de arroz y la otra, con su flor recién cortada. Se saludaban con la mirada y se dedicaban una sonrisa.
Al cabo de un tiempo, la muchacha se acerco al chino y con toda la ternura de la que fue capaz de reunir, le explico que su mujer jamas se comería el cuenco de arroz.
Y el chino, con una mirada limpia y solemne la contesto sonriendo, que su novio tampoco olería nunca jamas ninguna de las flores que ella le traía*.


Con Dios.

* recibido por email de una persona que siempre me habla de lo importante que es el respeto y a la que siempre la doy la razon, no solo por ser mas mayor que yo ;-) sino porque la suele tener....aunque mis berrinches me cueste reconocerlo.