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Sabado, no se ni que hora es. Mi saco de dormir esta sobre un colchon y en la caseta de madera donde estamos hace un calor insoportable. Salgo fuera , hay un banco prefabricado y me aireo. Si fumara fumaria. La noche es muy bonita y en el cielo se aciertan multitud de estrellas. El campo se deja escuchar y , la verdad, es un lujo. Para eso he venido.

Hace un rato nadaba en un pantano con un agua bastante fria , sin gente, solo y tranquilo. Mis hijos me seguian por una orilla y la lola, mientras, aprendia a nadar.

Ahora en la soledad y en la tranquilidad de una noche absolutamente natural, rebobino la pelicula de lo que ha sido esta ultima semana, semana llena de sonrisas fingidas y obligaciones protocolarias.

Mientras algunos amigos se peleaban contra si mismo en Lanzarote, yo hacia lo propio por encontrar esa rutina de la que a veces uno intenta huir... curioso lo relativo que puede ser todo.

Cada uno peleando por lo suyo, cada uno hablando de su libro.

J. intentando contestarse a la pregunta que le martiriza desde hace tiempo. O. haciendo encajes de bolillos con su tiempo para llegar a todo. P. volviendo de Cuenca a encontrar aqui lo que no ha encontrado alli, Y. preocupada por sus examenes y buscando tiempo de donde no lo hay, M. sin dar señales de vida, N, tocando los huevos, como siempre. D, terminando, tambien como siempre...,

Afortunadamente , todo esta en su sitio. Afortunadamente, todos estan ahi. Afortunadamente , yo tambien.
Aunque este hasta la polla.

Ahora, que ya es lunes, que es por la tarde y no han sonado las 6 , es hora del cafe. El tercero del dia. Y en media hora, toca buscar esa rutina que a uno como el que escribe, le medio equilibra y le permite coquetear a veces con lo relativo de la irrelatividad. O lo que es lo mismo, me voy a hacer tres horillas con la bici, que falta me hacen.

Con Dios.