jueves, 13 de septiembre de 2012

El Sr. Pou

El sr. Pou tiene 77 años. Su vida ha transcurrido entre la huerta y el mar ( el dice "la mar").  Le tengo un cariño sincero al sr. Pou porque cuando recuerdo mi infancia en Gandia, de una manera u otra , en muchos recuerdos aparece él.
Tuve la suerte de coincidir el otro día con él. Se alegró mucho de verme y se empeñó en que le acompañara a su casa, a su patio, dónde tenía un canasto con tomates del terreno y con berenjenas. Me dio una bolsa llena diciendome lo de muchas veces : " en el interior no sabéis comer".
Bajo la sombra de un pequeño nisperero y frente a un pozo del que aún saca agua con una vieja polea en la que hay atado un cubo de latón en el extremo, nos sentamos en unas butacas de mimbre desvencijadas y decoloradas pero aun firmes. En el centro una mesita y sobre la pequeña mesa una jarra de agualimon y dos vasos.
- bueno y tu, ¿qué? ¿ como te va la vida? ( El sr. Pou habla  un valenciano cerrado, yo le entiendo pero reconozco que me cuesta mucho).
- Bueno, no me quejo. Las cosas están duras pero toca empujar. No queda más remedio. Sonrio guiñandole un ojo.
- Ahí ahí, si yo tuviera tu edad, me reiría de la crisis. Teniendo dos manos y dos hombros, no hay crisis que valga. Lo único, tener ganas de trabajar.... o necesidad!!
- Ya pero el tema no es ese Pou, el tema es que parece que ya no hay respeto a casi nada. O piensas en "verde" y vas corriendo a todos los sitios o vas mal.
Y parece que toque un botón. Un extraño resorte.
A partir de aqui , el sr. Pou no paro de hablar.
Mi padre me enseño que cuando una persona mayor habla, el joven se calla y escucha. Y eso es lo que hice.
- Mira, a veces la gente dice que no puede hacer nada. Que las cosas son como son y que ellos ni pinchan ni cortan. Y se equivocan. Pueden hacer muchas cosas. A nivel individual. Cada uno. Muchas cosas.
Lo primero que cada uno tiene que hacer es ser buena persona. Hoy reina la desconfianza. Cuando yo era joven, un apretón de manos era mas sagrado que cualquier firma. La palabra, la honestidad (palabra en desuso que viene del honor... el honor, si yo te contara....), eso no deberíamos haberlo perdido nunca. Y, o se ha perdido o se esta perdiendo. Eso es lo malo, ¿lo bueno?, pues que se puede recuperar. Sé buena persona y te será mas sencillo relacionarte con los demás. En tu vida privada y en tus negocios. Si eres honrado, harás negocios con gente honrada. Si eres un contrabandista, solo harás negocios con contrabandistas.  La vida no seria tan difícil  si nos relacionáramos con, sobre todo, gente buena.  No hablaríamos hoy en día ni de bancos, ni de políticos. A niveles altos y a niveles bajos, ser buena persona es el gran secreto de la felicidad social. Y eso, Diego, es tarea de todos a nivel individual y todo el mundo puede y debe hacerlo, y mas la juventud.
El sr. Pou tosió. Fue una tos fea.
Disculpa. La culpa la tiene el jodido caldo de gallina, eso y que hace mucho que no hablo tan seguido.
Y continuó.
Lo segundo que tenéis que hacer la juventud es no ver la televisión. Yo tengo una pero no la "prendo". Lo hacia hasta hace 15 años para ver el teletexto, me interesaba el estado de la mar y ahí lo daban bien. Un buen invento. Pero el resto es malo. La televisión contamina. A mi no me importa la vida de los demás y a ti tampoco te debería importar. 
Lo tercero que tenéis que hacer es leer. Leer todo lo que podáis. Yo no he podido leer porque aprendí tarde y llegue cansado pero vosotros tenéis que hacerlo. No leas novelas. No leas historias vacías. Lee historia contemporánea. Asi podrás comprender lo que pasa ahora. Conociendo el pasado podrás entender el presente. No es lo mismo entenderlo con tus casi 40 porque lees, a entenderlo con mis 77, cuando yo si que casi, no puedo hacer ya nada. No tengo fuerzas, ni ganas. He peleado mucho.
Con 40 , con 30 , incluso con 50 aún se tienen ganas y fuerza de cambiar el mundo.
Podeis hacer muchas cosas mas, por ejemplo;
teneis que aprender a ser honrados. Los jóvenes no lo sois. No lo digo porque robéis, no. Lo digo porque no sois honrados con vosotros mismos. Os exigís vivir vidas que no os corresponden. Os exigís buenas casas, buenos coches, buenas vacaciones y no hacéis lo mismo con la familia o con los amigos. Os equivocáis. Os creáis necesidades que no valen para nada. Ay si yo tuviera tu edad! 
Podeis hacer muchas cosas mas pero yo empezaría por ahí.
Creo , estoy seguro, que si empezáis por ahí , cada vez habrá mas jóvenes que sonrían mas. Ultimamente no veo a la juventud sonreír... es una pena, porque la vida es muy bonita y merece la pena ; de verdad.
Pou de repente se cansó de hablar y me pidió que le acompañara al parque.
-Se acabo la conversación - me dijo- es la hora.
Cogió su garrota y me tomo del brazo.
- Acompañame ,anda.
Y fuimos hacia el parque que hay al lado de su casa. Alli estaban sus amigos y le estaban esperando baraja en mano. Era la hora de la partida y me dijo en voz baja, a modo de compinche:
- Estos, Diego, son los pequeños placeres que le quedan a un viejo ,  la partida de cartas es la excusa para estar con los viejos amigos. La vida se nos acaba y cuando no falta uno falta otro. ¿ Me entiendes?




Se me hizo un nudo en la garganta, la verdad... claro que le entendía.
Esta conversación fue real. Absolutamente real.
Debo decir que fue una delicia y que me alegro mucho de haberla tenido.
Cómo me gustaría que conocierais al sr. Pou.

Con Dios.